Monday, May 21, 2007

TESTIMONIO


Escribimos un poema para no escribir cualquier otra cosa
Escribimos para sentirnos elegidos
Escribimos un poema para hacer más sensibles a los hombres
O al menos para intentarlo
O sea para sentirnos bien con nosotros mismos
Escribimos para ahuyentar cualquier acto de infelicidad
Para espantar a las buenas muchachas
y congregar a las no tan buenas
Escribimos para que la gente honesta nos deshonre
Para que un poema cuento o batracio nos acompañen a
estar inexplicablemente solos
Escribimos para amar bajo los árboles
Para cobijarnos con palabras de alambre en una tarde de aguacero
Para abordar una combi sin un céntimo en los bolsillos
Escribimos para sabernos vivos
Para anudar de cerca el corazón de un cangrejo
Para denunciar la noche a razón de dos tobillos
Escribimos un poema para no tener tiempo de hacer otras cosas
Como por ejemplo
Trabajar a lomo de pizarra y sudar el pellejo del vacío
Escribimos para que nuestra madre diga que tiene un hijo escritor
Y para que nuestro viejo afirme eso es cosa de maricas
Escribimos para emborracharnos gratis en los parques
Para joder a nuestros patas a golpes de etimología
Para emplear mejor nuestra pereza
Escribimos para hundirnos más en nosotros mismos
Para que los demás se alimenten de carroña y
digan puta qué loco ese güevón
Escribimos para gritar que no tenemos más que dar
que un puñado de palabras nocivas a los sentidos
Escribimos para leer un poema de Benedetti
Y decir
Esto debí escribirlo para tus hoyitos, amor mío
Escribimos un poema para recitarlo en un auditorio elegante
o en cualquier bar de mala muerte
Escribimos para que nuestro hijo diga cuando grande
Yo tuve un padre que quiso llegar a Vallejo y sólo llegó hasta la avenida
Escribimos para no mirar atrás
Para que nuestra sobrina recién nacida pueda coger y raspar la luna
de mis anteojos de miope
Escribimos, en fin
Para destruir un proyectil con un tintero
Es decir para despojarnos por dentro
O sea para buscar en cada palabra nuestra sangre, nuestras vísceras y nuestro corazón. Para pregonar una vez más la literatura no cambiará el mundo, pero cómo lo embellece,

Compadrito.


César Olivares
Trujillo, 16 de mayo de 2007